Uno de los temas que centraron el debate del pleno de la Cámara de Teruel el miércoles fue la urgencia de la construcción del Hospital comarcal en el Bajo Aragón. Los empresarios, que dieron por hecho que el futuro centro sanitario garantizará una sanidad pública idéntica o incluso mejor que la actual, pidieron en un comunicado terminar con el enfrentamiento político y los debates paralelos. La politización de la fórmula de gestión del servicio y la confusión generada respecto a la parte que será privada y la que tendrá carácter público debe terminar.
Serían necesarias respuestas claras y contundentes por parte de la consejería de Salud, así como un compromiso firme y por escrito de los límites que tendrá esta colaboración público privada. Es cierto que se han realizado declaraciones públicas al respecto insistiendo en las garantías del Estado de Bienestar actual, pero, dada la inquietud social, sería recomendable que se pusiese de manifiesto de forma oficial y con datos que eviten cualquier duda. Frente a los miedos por esta fórmula pionera en Aragón y que abre la puerta a lo privado, se encuentra el temor a que cualquier tipo de polémica sirva de traba para ralentizar las obras del Hospital. Existen antecedentes históricos de este tipo de situaciones en diferentes infraestructuras de gran envergadura, tal y como ha denunciado la Cámara de Teruel. La tensión política y división en torno al Hospital de Alcañiz sería motivo suficiente para parar el proyecto ahora que no existen recursos económicos. Asimismo, cabe recordar el fuerte impacto económico y de empleo que supondrá en el territorio el tiempo que dure la construcción de un proyecto de tal envergadura. Trabajemos por un hospital gestionado con seriedad, sentido común y consenso, sin dejarnos cegar por cuestiones enteramente políticas.
