viernes, 9 de enero de 2015

La Sanidad al servicio de las personas, no de las multinacionales


Los encierros y reivindicaciones de los pacientes de hepatitis C están permitiendo visibilizar el inmenso negocio que las grandes compañías farmacéuticas están haciendo con nuestra salud. La lucha de afectados y familiares ha puesto sobre la mesa la imposibilidad de acceder a un tratamiento debido al altísimo coste exigido por la multinacional que lo produce y ostenta su patente (GILEAD, la misma que se lucró con el negocio del Tamiflu, supuesta cura de la gripe aviar…). El medicamento en cuestión es el Sofosbuvir y su nombre comercial, Sovaldi.

El coste real del medicamento es mucho menor de lo que intenta imponer el laboratorio productor. Las farmacéuticas especulan con nuestras vidas como quién juega con acciones en la bolsa. El coste de producción del sofosbuvir para un tratamiento de doce semanas oscila entre 57 y 115 euros, mientras que los costes pactados por el gobierno español y la multinacional son de entre 25.000 y 60.000 euros. Éstos son los vergonzosos y astronómicos márgenes de beneficio en los que se mueve el sector de la “farmafia”.

El sistema sanitario español carece de una política farmacéutica dirigida a satisfacer las necesidades de la población. La promulgación en 1986 de la Ley General de Sanidad, con el consenso de todos los partidos políticos, suponía asumir la absoluta dependencia del sistema sanitario de las multinacionales farmaceúticas, al renunciar a la creación de un sistema público de investigación y producción de medicamentos. Ya entonces, entre Farmaindustria y parlamento, había buen entendimiento. Y ahora mejor todavía, el gobierno acaba de nombrar a Joan Rodés,  consejero de Farmaindustria (Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica) coordinador del Plan estratégico para la Hepatitis C.

Sin embargo, la lucha llevada a cabo por los enfermos de Hepatitis C y sus familiares, constituye el reclamo perfecto para que todo tipo de fuerzas políticas acudan a sacarse la foto. Estamos en campaña y parecen olvidarse que algunos de ellos firmaron la Ley General de Sanidad de 1986 que renunciaba a que el estado realizara su propia investigación y producción de medicamentos. Otros firmaron o valoraron positivamente, la Ley 15/97 que abría las puertas de la sanidad pública a las empresas privadas. Cuando las urnas se acercan, borrón y cuenta nueva.

Nos sorprende, a la vez que asquea, el silencio de la mayoría de las sociedades científicas y de los colegios médicos respecto al precio impuesto por la multinacional (lo que se repite con otras enfermedades), y nos genera grandes dudas respecto a sus relaciones con la industria multinacional farmacéutica. ¿Será que las farmacéuticas son las que financian los congresos médicos?
La situación de los enfermos de Hepatitis C se suma a la larga lista de problemas del sistema sanitario. Esta situación tiene su raíz en el proceso de mercantilización que gobiernos de todo color político y empresas llevan implantando desde hace décadas.

Por todo ello, la Plataforma contra la privatización de la Sanidad en Aragón, apoya decididamente las movilizaciones de pacientes, familiares y población en general con el convencimiento de que sólo mediante la lucha mantenida en el tiempo podremos imponer la prioridad de las necesidades de las personas sobre los intereses económicos de las multinacionales y de los políticos a su servicio.

Ni copago, Ni privatización. Fuera las empresas de la sanidad.

Zaragoza, 9 de enero de 2015

Plataforma contra la privatización de la Sanidad de Aragón