martes, 23 de febrero de 2016

Lo psicológico es político

Joanna Moncrieff (publicado en The Ocuppied Times el 5 de Marzo de 2014, cedido para su traducción y publicación en el Boletín). Traducción: Iván de la Mata Ruiz.

Desde un punto de vista social la doble estrategia de exaltar el consumismo y aumentar el control social han sido fundamentales para el proyecto neoliberal. Consumismo y control pueden considerarse lados opuestos de la misma moneda. Se estimula a las personas a aspirar cada vez a un mayor nivel de consumo idealizado, a modo de imitación del estilo de vida de una elite de celebridades que aparece continuamente en los medios de comunicación y en las televisiones de nuestros salones. Ir de compras, lo que antes era entendido como un medio para un fin, se ha convertido en la principal actividad de ocio en el Reino Unido.

A la vez, cada vez más personas son excluidas del mercado laboral (a veces para siempre) por el traslado de las industrias a zonas con mano de obra más barata mientras que muchas otras se ven atrapadas en trabajos con bajas remuneraciones y sin ninguna perspectiva de progreso. Grandes segmentos de la población solo pueden acceder a este estilo de vida, ampliamente publicitado, a través de medios ilegales. Una sociedad extremadamente desigual, orientada al consumidor, tienta a la gente a saltarse la ley, como se pudo ver en los disturbios de Londres y otras ciudades inglesas en el verano de 2011. El neoliberalismo necesita ampliar sus mecanismos de control social para vigilar el caos y fragmentación social que sus políticas producen. La cantidad de población reclusa ha crecido en muchos países occidentales, llegando a proporciones asombrosas en los Estados Unidos. En el año 2011 el 0,7% de la población de EE.UU estaba en la cárcel y sumando los que estaban en la cárcel, en libertad condicional o preventiva se llegaba a la cifra del 2,9% de la población. Entre los afroamericanos, un 7 % de los varones estaban en la cárcel y se estima que uno de cada tres lo estarán en algún momento de su vida. David Harvey [N.T: geógrafo y antropólogo británico, autor de “Brief History of Neoliberalism”, 2005] señala que “en los EE.UU la encarcelación se ha convertido en una estrategia de estado clave para hacer frente a los problemas que surgen entre los trabajadores desechados y las poblaciones marginadas”.

El PSOE continúa con las políticas sanitarias de recortes y privatizaciones del anterior ejecutivo.

En el seno de su estrategia de imagen renovada y, por tanto, de sus esfuerzos por diferenciarse del anterior gobierno, el PSOE de Aragón contenía en su programa electoral duras críticas a la gestión del PP en materia sanitaria y aludía a sus continuos “guiños a la sanidad privada”. Comprobamos, una vez más, que ambos partidos seducen y son seducidos con las mismas artes, bajo las mismas motivaciones y en la misma dirección. ¿Cambio? No, más de lo mismo.

La semana pasada, el PSOE autorizaba el programa marco para conciertos con la sanidad privada para operaciones quirúrgicas. La vigencia de este contrato será de cuatro años y no tiene presupuesto concreto, si bien la previsión económica se ha estimado en 6.500.000 euros al año hasta el 2019, lo que supone un trasvase de dinero público a manos privadas de 29,1 millones de euros.

Mientras tanto, a comienzos de este mes, conocíamos a través de los medios de comunicación, que la partida presupuestaria destinada a la limpieza de los centros sanitarios aragoneses, se ha recortado un 11% en los últimos cuatro años, dos millones de euros en cifras absolutas. En 2012, el coste de la «limpieza y aseo» de las instalaciones sanitarias ascendía a 40 millones de euros y este 2016 el recorte se mantiene, con una partida de 35,4 millones de euros, prácticamente idéntica a la del pasado 2015.

Unos adecuados servicios de limpieza públicos en los centros sanitarios son esenciales para frenar los riesgos de infección y contaminación.

Los servicios de limpieza del hospital tienen un papel fundamental en la reducción del riesgo de infecciones adquiridas, que tienen graves consecuencias para los pacientes y generan un elevado gasto sanitario. Numerosos estudios realizados en realizados en Escociai, han demostrado que los recortes en los servicios de limpieza de hospitales pueden aumentar seriamente el riesgo de infecciones adquiridas y disminuir la calidad en una atención médica segura y efectiva, y aumentar la mortalidad en los hospitales. En Canadáii, uno de cada nueve pacientes contrae una infección derivada de los cuidados sanitarios, estas infecciones son la cuarta causa de fallecimientos en Canadá, y el coste de las mismas se derivan en mil millones de dólares.

Además de los recortes presupuestarios, la privatización de estos servicios supone un agravante más para la salud de los pacientes: El escaso número de trabajadoras y trabajadores en los centros sanitarios, la no sustitución del personal cuando se encuentra por baja laboral, y la sobrecarga laboral del mismo, la pérdida del control de la formación especializada que se exige para la utilización de procedimientos eficaces y el buen uso de equipos y materiales, los bajos salarios para los trabajadores y los abusivos e ilicitos beneficios para las empresas, pone en riesgo la salud y el bienestar de los pacientes residentes, aumentando los niveles de mortalidad.

Por todo ello, desde la plataforma contra la privatización de la sanidad en Aragón exigimos al Gobierno de Aragón, una financiación adecuada que permita unos niveles de limpieza y de mantenimiento adecuados, la paralización de la privatización del servicio de limpieza del SALUD y de los conciertos con las empresas privadas.

Privatizar Mata. Fuera las empresas de la sanidad. 

Plataforma Contra la Privatización de la Sanidad.